Desahucio 11 de Marzo #RosaSeQueda
Álvaro y su madre Rosa, que padece una discapacidad mental, son vecinos del barrio de Hortaleza que se encuentran en una situación delicada a causa de las negligencias y mezquindad de las instituciones del sistema capitalista. Hace tan solo un mes recibieron una notificación de desahucio por la que deben abandonar la casa en el plazo establecido.
Las causas de este desahucio vienen a raíz de una deuda que su padre (divorciado de su madre hace años, y con quien ya no tienen relación alguna), deuda por la cual ya le ha sido embargada una casa en Alcalá en la que él a titulo propio se hipotecó. Al no verse saldada la deuda con este embargo el banco optó por investigar sus bienes, encontrando la vivienda en el que a día de hoy viven Álvaro y su madre (esta vivienda es un bien ganancial de ambos padres, pero el usufructo y el uso y disfrute de la misma pertenecen a la madre). No obstante el hecho de que esa casa no pertenezca a una única persona y que una de ellas no tenga relación alguna con la deuda no parece haber supuesto ningún problema en los tramites.
Recibieron en un primer momento una notificación de embargo, posteriormente la casa fue subastada y adjudicada a un tercero por un precio irrisorio y sin negociación, esto último sin conocimiento alguno de Álvaro ni de su madre ya que el juzgado optó por no notificar a los propietarios del procedimiento de la subasta, incumpliendo la ley, por lo que la subasta debería ser nula. El caso es aún más grave si cabe ya que Rosa, la madre de Álvaro, es una persona con una enfermedad que le impide ser consciente de algunas cosas, lo que fue aprovechado para hacerla firmar determinados documentos que autorizaban el embargo, (cuando firmó la primera notificación no era consciente de la gravedad de la situación y no se lo comunicó a ningún familiar, por lo que se ha sabido de esto hace pocos meses, con la casa ya vendida a un tercero).
El hecho es que no se haya tenido en cuenta la enfermedad que padece, evidencia la mala intención del banco y las instituciones que sabiendo de esta, y por tanto de la invalidez de esa firma, subastaron y adjudicaron la casa a un especulador cuya única intención es revenderla para extraer el máximo beneficio, aun siendo a costa de una familia.
Se presentaron varios recursos presentados en el juzgado de Alcalá (tanto por la enfermedad de Rosa, como por la no notificación de la subasta), que el juez decidió desestimar alegando que no hay manera de justificar que su madre padezca esta enfermedad que la hace no ser consciente (a pesar de haber adjuntado informes médicos y psiquiátricos junto a los recursos). Por otra parte el juez no se ha pronunciado respecto a la ilegalidad que supone el hecho de no notificar a la familia la subasta de su vivienda (sin permitir que ellos mismos pudiesen optar a comprar su propia casa o negociar con el banco), dando a entender así que el propio juez quiere ocultar los errores del juzgado sin dar una mínima explicación. El juez finaliza su sentencia sin dar opción a recurrir su decisión y dando un plazo máximo de un mes para abandonar su vivienda.
Este caso injusto, como tantos otros que se están produciendo en nuestros días, no debe quedar de ninguna manera en el olvido ni en el desconocimiento. Cuando la justicia falla solo hay lugar para el apoyo popular, y la mayor esperanza para poder revertir la situación es poner en conocimiento de la situación a la mayor cantidad posible de vecinos y vecinas. Por esta razón te pedimos que no mires hacia otro lado y te impliques en apoyar a alguien que podrías haber sido tú.
Eres parte del barrio, eres parte de la solución.
Las causas de este desahucio vienen a raíz de una deuda que su padre (divorciado de su madre hace años, y con quien ya no tienen relación alguna), deuda por la cual ya le ha sido embargada una casa en Alcalá en la que él a titulo propio se hipotecó. Al no verse saldada la deuda con este embargo el banco optó por investigar sus bienes, encontrando la vivienda en el que a día de hoy viven Álvaro y su madre (esta vivienda es un bien ganancial de ambos padres, pero el usufructo y el uso y disfrute de la misma pertenecen a la madre). No obstante el hecho de que esa casa no pertenezca a una única persona y que una de ellas no tenga relación alguna con la deuda no parece haber supuesto ningún problema en los tramites.
Recibieron en un primer momento una notificación de embargo, posteriormente la casa fue subastada y adjudicada a un tercero por un precio irrisorio y sin negociación, esto último sin conocimiento alguno de Álvaro ni de su madre ya que el juzgado optó por no notificar a los propietarios del procedimiento de la subasta, incumpliendo la ley, por lo que la subasta debería ser nula. El caso es aún más grave si cabe ya que Rosa, la madre de Álvaro, es una persona con una enfermedad que le impide ser consciente de algunas cosas, lo que fue aprovechado para hacerla firmar determinados documentos que autorizaban el embargo, (cuando firmó la primera notificación no era consciente de la gravedad de la situación y no se lo comunicó a ningún familiar, por lo que se ha sabido de esto hace pocos meses, con la casa ya vendida a un tercero).
El hecho es que no se haya tenido en cuenta la enfermedad que padece, evidencia la mala intención del banco y las instituciones que sabiendo de esta, y por tanto de la invalidez de esa firma, subastaron y adjudicaron la casa a un especulador cuya única intención es revenderla para extraer el máximo beneficio, aun siendo a costa de una familia.
Se presentaron varios recursos presentados en el juzgado de Alcalá (tanto por la enfermedad de Rosa, como por la no notificación de la subasta), que el juez decidió desestimar alegando que no hay manera de justificar que su madre padezca esta enfermedad que la hace no ser consciente (a pesar de haber adjuntado informes médicos y psiquiátricos junto a los recursos). Por otra parte el juez no se ha pronunciado respecto a la ilegalidad que supone el hecho de no notificar a la familia la subasta de su vivienda (sin permitir que ellos mismos pudiesen optar a comprar su propia casa o negociar con el banco), dando a entender así que el propio juez quiere ocultar los errores del juzgado sin dar una mínima explicación. El juez finaliza su sentencia sin dar opción a recurrir su decisión y dando un plazo máximo de un mes para abandonar su vivienda.
Este caso injusto, como tantos otros que se están produciendo en nuestros días, no debe quedar de ninguna manera en el olvido ni en el desconocimiento. Cuando la justicia falla solo hay lugar para el apoyo popular, y la mayor esperanza para poder revertir la situación es poner en conocimiento de la situación a la mayor cantidad posible de vecinos y vecinas. Por esta razón te pedimos que no mires hacia otro lado y te impliques en apoyar a alguien que podrías haber sido tú.
Eres parte del barrio, eres parte de la solución.
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